Koichiro Shimada es enviado a un centro de investigación en Kenia por el hospital en el que trabaja en Japón. Al ver la situación desesperada en la que se encuentran allí, decide trabajar como médico tratando a los heridos en los frecuentes enfrentamientos que se producen en el país, no sin que tener que enfrentarse a sus colegas debido a ello. Un día, Koichiro trata a un niño soldado cuyas heridas mentales son mucho más profundas que las físicas. Ese encuentro cambiará el destino del médico