En el pequeño pueblo de Villalgancio, el puesto de alcalde y el de mayor cacique local es ejercido simultáneamente por el corrupto Don Acisclo Arrambla, al que se le notifica la llegada de un inspector que debe analizar sus cuentas. Don Acisclo, siguiendo su tendencia natural, se propone comprar la voluntad del inspector con todo tipo de agasajos. Sin embargo, quienes aparecen en el lugar son Alfredo y su tío con intención de solicitar la mano de Cristina, la sobrina del regidor. Éstos son confundidos por el inspector, provocando todo tipo de malentendidos.