Una huérfana huye de unos desaprensivos que pretendían utilizarla en un sucio negocio, llevando consigo a su gato. Acuciada por las circunstancias, se introduce en una casa con intención de robar, haciéndose pasar por la aprendiza de la modista. Sin embargo, y aunque el trato amable que recibe le hace desistir de su propósito, es descubierta. La comprensión de la dueña de la casa, que la admite en la servidumbre, se verá recompensada cuando, gracias a la chica del gato, consiga casarse con el hombre que ama.