En 1908 Henry Ford soñaba con un mundo en el que cada persona tuviera un coche. Hoy, esta visión es casi una realidad. Los coches causan más de un millón de muertes anuales en accidentes de tráfico y una cifra mucho mayor como consecuencia de la polución que generan. Estos datos convierten el sueño de Ford en una pesadilla. El automóvil ha pasado de ser un medio de transporte a convertirse en símbolo de independencia y estatus. Es un miembro más de la familia. Un estilo de vida. Una adicción.