Muhamab es un hombre absurdo regido por el azar. Quema libros de autoayuda y cuenta los ancianos que se caen en la calle. Un día compra un juguito que le viene sin sorbete y decide viajar a reclamarlo a la provincia donde se fabricó. Allí, en Tucumán, se enamora de Luna, una estudiante de historia. Ella le hará caer en la cuenta de que el creer vehementemente en nada, ya es creer en algo.